Llevo ya 25 años en el mundo del masaje. ¡Cómo pasa el tiempo! He atendido a miles de personas, de todo tipo, con problemas de todo tipo, y he aprendido más de lo que jamás imaginé cuando empecé. Esta profesión, además de darme la oportunidad de ayudar a la gente, me ha permitido conocer personas increíbles.

Pero hoy no vengo a hablarte solo de lo bonito. Quiero contarte algo que, si decides entrar en este mundo, te pasará. Me pasó a mí, les pasa a mis alumnos y, sin duda, te pasará a ti también: cuando alguien queda contigo para una sesión de masaje y no se presenta.

Sé lo que estás pensando: «¡Menuda faena!» Y sí, lo es. Te fastidia, sobre todo cuando estás empezando y cada cliente cuenta, tanto para tu bolsillo como para tu motivación. Pero la realidad es que esto pasa. Me pasó hace 25 años, me sigue pasando hoy y te aseguro que, dentro de 10 años, seguirá ocurriendo.

¿Por qué? A veces simplemente se les complica el día. Otras veces se les olvida la cita, la confunden, o, en raras ocasiones, no contestan ni el teléfono después. Pero, en general, la gente es maja y tiene sus razones.

Recuerdo las primeras veces que me ocurrió. Me frustraba mucho, me lo tomaba como algo personal. ¿Por qué no han venido? ¿He hecho algo mal? Con el tiempo, te das cuenta de que no es culpa tuya y empiezas a normalizarlo. Si tienes 25 masajes agendados en una semana, lo más probable es que 2 o 3 personas no se presenten. Así es la vida. Pero no pasa nada, se sigue adelante.

¿Y hay forma de evitarlo?
No siempre, pero sí hay maneras de minimizarlo. Hay tácticas que, si las implementas, te ayudarán a reducir este tipo de situaciones. Lo curioso es que estas enseñanzas no te las van a contar en los libros, ni las verás en ningún programa de formación. Estas lecciones son las que aprendes en el camino, las que te enseñan la experiencia y las personas que han pasado por lo mismo antes que tú.

Aquí, con mi equipo, te enseñamos esas cosas que no salen en el temario, pero que son esenciales para tu día a día como masajista. Aprender el camino del masaje es mucho más que dominar una técnica, es aprender a navegar por las pequeñas sorpresas que la vida y las personas te ponen delante.

Si quieres empezar este viaje, la mejor forma es hacerlo conmigo y mi equipo. Crece con nosotros, aprende y, sobre todo, disfruta del proceso.

¡Te espero!