En la cultura japonesa, existe un concepto poderoso y transformador conocido como «Ikigai». Este término se refiere a la búsqueda de un propósito de vida, algo que nos da sentido y felicidad. Exploraremos cómo el Ikigai puede ayudarnos a encontrar un equilibrio en nuestras vidas y a vivir con plenitud.
Ikigai es un término japonés que significa «razón de ser» o «propósito de vida». Combina «iki», que significa vida, y «gai», que se traduce como «valor» o «merecer la pena». Representa la búsqueda de lo que da significado y alegría a la vida, un concepto arraigado en la felicidad y satisfacción personal. Ikigai se encuentra en la intersección de lo que amamos, lo que somos buenos haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que podemos ser pagados. Este concepto enfatiza el balance y la búsqueda de una vida plena y significativa, donde la pasión, la misión, la vocación y la profesión se alinean armoniosamente.
- Lo que Amas (Pasión): Este pilar se refiere a las actividades o áreas que te apasionan y que disfrutas hacer. Es encontrar aquello que te hace sentir vivo y entusiasmado.
- Lo que el Mundo Necesita (Misión): Aquí se considera cómo puedes contribuir al mundo. Se trata de identificar las necesidades del entorno y pensar en cómo puedes aportar de manera significativa.
- Lo que Puedes Ser Pagado Por Hacer (Profesión): Este aspecto se centra en encontrar un medio de vida en aquello que haces bien. Implica considerar cómo puedes monetizar tus habilidades y pasiones.
- Lo que Eres Bueno Haciendo (Vocación): Este pilar se enfoca en tus habilidades y fortalezas. Consiste en reconocer y valorar aquello en lo que sobresales, lo que haces con facilidad o destreza.
El Ikigai nos invita a reflexionar sobre nuestra verdadera pasión y propósito, proporcionando una guía para vivir una vida más satisfactoria y significativa. En la búsqueda de nuestro propio Ikigai, podemos descubrir el equilibrio perfecto entre lo que amamos, lo que somos buenos haciendo, lo que el mundo necesita y lo que podemos ser recompensados por hacer.
¿Te parece que tu ikigai podría ser ser masajista?