El 16 % de tu peso corporal es fascia. Y el 40 % de la fuerza que transmiten tus músculos viaja a través de este tejido. Párate a pensarlo por un momento.

Sé que a primera vista pueden parecer datos sueltos, algo que te comento sin más, pero la realidad es que estos números son más importantes de lo que parecen. Las implicaciones de estas cifras son enormes.

Piensa en esto: el 16 % de tu masa corporal está compuesto por fascia, ese tejido que muchas veces ni siquiera sabemos que existe. Y lo que quizás sea aún más impactante: el 40 % de la fuerza que se genera en tus músculos depende de cómo se transmite a través de esta red de fascia que recorre todo tu cuerpo.

Y aquí estás, tal vez como muchos, luchando únicamente con los músculos (que, no me malinterpretes, son importantes), pero sin darle la relevancia que merece a esa malla fascinante que lo conecta todo: la fascia.

La clave del trabajo corporal está en la fascia

Te cuento un poco más. La base de mi trabajo como osteópata no son solo los músculos, aunque evidentemente trabajamos sobre ellos. La verdadera clave está en la fascia.

¿Por qué? Porque es el tejido conectivo que sostiene, rodea y conecta todas las estructuras del cuerpo. Esta capa no solo da soporte, sino que también actúa como una vía de transmisión de fuerza y como un medio de comunicación interna dentro del cuerpo.

Imagínate una malla tridimensional que recorre cada rincón de tu cuerpo, envolviendo músculos, órganos, huesos… todo. Esa es la fascia. Es lo que mantiene todo en su lugar y, al mismo tiempo, lo que permite que todo se comunique. Por eso, cuando trabajas en una parte del cuerpo, puedes ver mejoras en otras zonas, incluso en áreas que ni te imaginabas. Esto ocurre porque la fascia no solo conecta físicamente, sino que también es capaz de distribuir la fuerza y las tensiones de una manera que los músculos, por sí solos, no pueden hacer.

¿Qué pasa si ignoras la fascia?

A lo largo de los años, he visto muchas personas (profesionales de la salud, del deporte, del bienestar) que se enfocan solo en los músculos, en la biomecánica tradicional, en cómo se mueven las articulaciones y cómo se contraen los músculos. No me malinterpretes, todo eso es importante. Pero si no entiendes cómo funciona la fascia, si no la tienes en cuenta en tus tratamientos o entrenamientos, te estás perdiendo una parte vital de cómo funciona el cuerpo.

Por ejemplo, imagina que estás tratando un dolor en el hombro. Si solo te concentras en los músculos del hombro, podrías estar pasando por alto el hecho de que la fascia que conecta el hombro con el cuello, el tórax y hasta la zona lumbar puede estar implicada. En otras palabras, puedes estar buscando soluciones en el lugar equivocado.

Trabajar con la fascia te permite tener una visión mucho más holística del cuerpo. Al entender cómo está todo conectado, puedes tratar de manera más efectiva el origen del problema, en lugar de centrarte solo en el síntoma.

¿Por qué deberías aprender sobre la fascia?

Aquí es donde entramos en terreno serio. Si trabajas con el cuerpo, ya sea como masajista, fisioterapeuta, osteópata, entrenador personal o cualquier otro profesional del bienestar, tienes que conocer la fascia. Es la clave para entender cómo se organiza el cuerpo, cómo se distribuyen las tensiones y cómo se transmiten las fuerzas.

Y es exactamente lo que estoy enseñando estos días a mis alumnos de tercer curso de Osteopatía. Les estoy mostrando cómo, al trabajar sobre la fascia, pueden mejorar la funcionalidad de todo el cuerpo. Al liberar tensiones en una zona, puedes conseguir mejoras en otra. Porque, repito, todo está conectado.

Aprender sobre la fascia no solo te va a hacer mejor profesional, sino que también te permitirá entender mejor cómo funciona tu propio cuerpo. Y créeme, es fascinante.

La fascia en el trabajo del osteópata

Como osteópata, mi trabajo en consulta se centra en gran parte en la fascia. No es que ignore los músculos ni las articulaciones, pero la fascia es la clave que permite que los tratamientos sean más profundos y efectivos.

Cuando trabajo con un paciente, me fijo en cómo está la fascia. Me ayuda a entender qué tensiones se están distribuyendo mal, dónde está atrapada la fuerza y cómo podemos liberarla para que el cuerpo vuelva a funcionar de manera óptima. Es como desatar un nudo en una red; liberas una parte, y todo el sistema empieza a moverse mejor.

Tú también puedes aprenderlo

¿Te imaginas poder aplicar estos conocimientos en tu propio trabajo? Entender cómo funciona la fascia y cómo puedes utilizarla en tus tratamientos o entrenamientos te va a abrir una nueva dimensión. Si solo te concentras en los músculos, estás viendo una parte de la historia. Pero cuando empiezas a entender la fascia, todo empieza a cobrar más sentido.

Es lo que estoy enseñando estos días, y lo que llevo enseñando durante años en NewTemps. Y tú también puedes aprenderlo.

El primer paso es sencillo: haz clic aquí y pide información sobre nuestra formación en osteopatía. Te aseguro que no te arrepentirás.

Pere Mompó