El Shiatsu básico, al igual que el masaje es posible aprenderlo en unos pocos meses, pero si se profundiza en él durante años, se puede alcanzar un nivel de maestría en lo que es una técnica bien sencilla. Precisamente su dificultad estriba en esa sencillez. Hay que adquirir las posturas y las presiones correctas, y esto se logra únicamente con una práctica continuada.

Dedicar toda la vida al estudio y perfeccionamiento del Shiatsu básico conllevará que las sesiones sean cada vez más beneficiosas, pues con el tiempo se aplicará de una manera más fácil y fluida. También es una buena opción profesional para contribuir al mantenimiento de la salud, la prevención de dolencias y el relax de las personas, lo que supone ayudarles a gozar de una óptima calidad de vida.

Además, la sencillez de la técnica del Shiatsu básico lo exime de contraindicaciones. Por otro lado, también puede ser una salida profesional para quien quiera dedicarse a su divulgación en el campo de la docencia.

En cambio, el ejercicio profesional del Shiatsu terapéutico con una técnica particular, primero tiene que moldearse poco a poco con las enseñanzas y consejos propios de cada maestro durante el transcurso de la formación, y ese es un camino repleto de dificultades.

Con los años hay que desarrollar un estudio basado en la investigación personal, y sobretodo una intuición que se irá adquiriendo con la experiencia como profesional.

Es un camino mucho más difícil en el sentido de que, aunque la práctica es importante para ganar experiencia, también hay que abrirse a una constante evolución en la manera de hacer. Hay que estar constantemente estudiando el cuerpo humano, el modo en que funciona la medicina holística y desarrollar una intuición que debe ir más allá de sentir sin pensar. Y todo ello sin alejarse de la base del Shiatsu.

Para poder aplicar un tratamiento pertinente, que puede formar parte de un protocolo dado, pero que será totalmente personalizado en cada caso, se debe saber improvisar sin pensar en esas secuencias protocolarias que eran necesarias en el momento del aprendizaje. Hay que saber cuándo aplicar cada técnica, de qué manera y a quién se le aplica una u otra técnica dependiendo del momento y de cada caso particular, adaptándose a los cambios que se vayan presentando.

Todo esto es imperativo para realizar una sesión con soltura, sabiendo transitar de una parte a otra del cuerpo de la persona que recibe el Shiatsu, y que ésta sienta en todo momento de la sesión que la zona que se le está tratando es la que se necesita tratar.

Shiatsu básico.