Si eres masajista, ya sabes que la camilla es tu compañera de trabajo. Pero lo curioso es que, con el tiempo, hasta le coges cariño. Y no es ninguna tontería, porque si te paras a pensar en todas las cosas que has vivido gracias a ella, te das cuenta de que no es solo un mueble más en tu consulta. Es una parte esencial de tu día a día.

Mira, si vas a dedicarte a esto toda tu vida, lo ideal es que elijas una buena camilla. Y sí, puede que al principio te cueste un poco más de dinero, pero piensa que te va a durar toda la vida. Igual que tu carrera.

Mi experiencia con la camilla fija

Yo empecé con una camilla fija, y la tuve durante 6 años. No te voy a mentir, me sirvió, pero había dos razones muy claras por las que seguí con ella tanto tiempo.

Primero, porque no tenía dinero para comprarme una eléctrica. Empezar en este mundo no siempre es fácil y hay que ajustar el presupuesto. Y segundo, porque tenía 26 años cuando me compré la primera camilla. Y a los 26 años, sinceramente, te da igual que la camilla sea eléctrica, fija o de cartón piedra. La energía está a tope, tu cuerpo aguanta de todo, y no te importa mucho si tienes que hacer más esfuerzo.

Pero ahora tengo 44 años, y la cosa cambia. Cuando llevas años trabajando en esto, te das cuenta de que el cuerpo también pasa factura. No lo digo para asustarte, pero es la realidad. Hacer masajes es un trabajo físico exigente, y cuidar de tu cuerpo es tan importante como cuidar de los de tus clientes.

La importancia de una camilla elevable

Y aquí es donde entra el tema de la camilla. Para mí, la principal característica que debe tener una buena camilla es que sea elevable. Si me preguntas qué es lo más importante, te lo digo sin dudar: que se suba y baje. Y esto no es solo por comodidad (que también), sino porque te facilita mucho el trabajo.

Piénsalo: en una jornada típica, puedes hacer varios masajes al día. Y cada cliente es diferente. Algunos son más altos, otros más bajos. Unos necesitan que trabajes más en la espalda, otros en las piernas… ¿Te imaginas tener que ajustar tu postura en lugar de ajustar la camilla? Al final del día, el que se acaba resintiendo eres tú.

Con una camilla elevable, ajustas la altura de la camilla a la que te sientas más cómodo trabajando, y eso te permite cuidar tu postura y no cargar tanto tu cuerpo. Tu espalda, tus rodillas, tus hombros, todos te lo van a agradecer. Créeme.

Control periférico: la joya de las camillas eléctricas

Dentro de las camillas eléctricas, hay un detalle que para mí es fundamental: el control periférico. Y, si no lo conoces, te lo explico. Se trata de poder elevar y bajar la camilla desde diferentes partes, no solo desde un pedal o un botón central.

Esto te permite ajustar la camilla sin moverte demasiado y sin interrumpir el flujo del masaje. Estás trabajando en el abdomen, y notas que necesitas ajustar la altura: lo haces sin problema. Estás en los pies, lo mismo. Todo se vuelve mucho más fluido y cómodo. Tanto para ti como para el cliente, porque no tienes que estar dando vueltas ni perdiendo el ritmo de la sesión.

¿Por qué la camilla es tan importante?

Al final, lo que quiero que te lleves de todo esto es que la camilla es una herramienta clave en tu trabajo. Es algo que, si eliges bien, te va a durar toda la vida y va a marcar una gran diferencia en tu día a día. No es solo un lugar donde tu cliente se tumba. Es tu herramienta de trabajo, y como tal, hay que darle la importancia que se merece.

A lo largo de los años, he visto a muchos masajistas jóvenes que piensan que da igual la camilla que usen. Pero, con el tiempo, te das cuenta de que invertir en una buena camilla no es un capricho, es una necesidad. Tu cuerpo lo agradecerá, y eso también se notará en la calidad de tu trabajo.

Lo que enseño en mis formaciones

Todo esto son detalles importantes que enseño en mis formaciones. Porque cuando decides dedicarte al masaje, tienes que conocer bien tus herramientas de trabajo, y la camilla es la más importante de todas.

Si te interesa aprender más sobre esto y sobre cómo mejorar tu práctica, te invito a que te unas a NewTemps, donde no solo aprenderás técnicas de masaje, sino también cómo cuidar tu cuerpo y hacer de tu trabajo algo sostenible a largo plazo.

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Un abrazo,
Pere Mompó