A ver, si te dedicas al masaje o a la terapia manual, seguro que esto te suena: zonas tensas, musculatura rígida, endurecida. Es lo típico que encuentras al empezar con un cliente. Podrías pedirle que, por favor, se relaje… pero sabemos que eso no siempre es tan fácil, ¿verdad? La tensión, especialmente cuando está muy arraigada, no se va con solo pedirlo.

Por supuesto, hacer un masaje ayuda, no te lo voy a negar. Los masajes están para eso, para relajar la musculatura, mejorar la circulación, aliviar el dolor. Pero hoy quiero hablarte de algo que va un poco más allá del masaje convencional: la presión isquémica.

La presión isquémica: una herramienta poderosa para el terapeuta manual

La presión isquémica es una técnica que me encanta usar en consulta, y quiero explicarte por qué es tan poderosa. Básicamente, consiste en trabajar una zona muscular acortándola, inhibiéndola y finalmente llevándola al estiramiento. Es un método que ayuda a restablecer la función muscular de una forma muy efectiva.

Déjame contarte el proceso en tres pasos:

  1. Acortar el músculo: Primero llevamos el músculo al acortamiento. Esto es esencial para preparar la musculatura antes de aplicar la presión.
  2. Inhibir con presión isquémica: Aquí es donde entra la parte interesante. Aplicamos presión en puntos específicos de cada músculo (esto depende del músculo que estemos trabajando). La presión isquémica ayuda a inhibir la tensión acumulada, permitiendo que la musculatura se “despierte” y libere esas contracturas o puntos de dolor.
  3. Estirar el músculo: Finalmente, llevamos el músculo al estiramiento para restablecer su función completa. El estiramiento es fundamental, porque permite que el músculo recupere su movilidad y se mantenga relajado por más tiempo.

Esta técnica de acortar, inhibir y estirar es una de esas herramientas que, cuando la aprendes y la aplicas, te preguntas: “¿Por qué no lo hice antes? ¡Todo el tiempo que habría ahorrado en consulta!”

¿Por qué esta técnica es importante para los masajistas y terapeutas manuales?

Si eres masajista o terapeuta manual, seguramente te ha pasado: encuentras un punto de tensión, aplicas técnicas de masaje, pero la tensión vuelve al poco tiempo. Esto ocurre porque muchas veces, el músculo necesita algo más que un simple masaje para deshacerse de la tensión acumulada. La presión isquémica, combinada con el acortamiento y el estiramiento, ayuda a liberar de forma más profunda esos puntos problemáticos.

Y esto no es solo teoría. Integrar esta técnica en tu trabajo diario te permite ofrecer a tus clientes un alivio más duradero. Además, es una de esas herramientas que, una vez las conoces, se vuelven indispensables en tu día a día como terapeuta.

¿Quieres aprender más?

En el curso de terapia manual que hemos preparado, enseñamos este tipo de técnicas y muchas más. La idea es que puedas tener un abanico completo de herramientas para enfrentarte a cualquier tipo de tensión o problema muscular que encuentres en consulta.

Sé que suelo hablar de forma más práctica y menos técnica, pero creo que este tema merece un poco de detalle. A veces, entender el “por qué” de las técnicas es tan importante como saber aplicarlas. Y lo mejor de todo es que estos conocimientos no solo mejoran tus resultados con los clientes, sino que también te facilitan el trabajo.

Si te parece interesante, te invito a que eches un vistazo al curso. Puedes hacer clic aquí y ver toda la información.

Espero que tengas un buen día, y recuerda: el conocimiento es una de las mejores herramientas que podemos ofrecer a nuestros clientes.

Un abrazo
Pere Mompó